Incentivar en los niños y adolescentes el deseo de aprender e investigar es tarea no sólo de los maestros sino también de todo padre y en general de todo profesional que tenga la oportunidad de tener contacto con ellos. Si hay una adecuada motivación es seguro que nos sorprenderán con sus habilidades.
El 24 de Noviembre del 2006 se desarrolló en el colegio Sagrado Corazón Anexo al Instituto Pedagógico Nacional Monterrico (IPNM) una feria escolar de ciencias en donde se mostraron distintos experimentos de sencillez engañosa ya que algunos de ellos encierran complejos principios físicos y químicos no del todo establecidos, tal es el caso del Coherer, un dispositivo que nos guarda ciertos misterios. Algunas referencias señalan a David Edward Hughes como su inventor, mientras que otras otorgan dicho mérito a Edouard Branly.
El Coherer fue el primer detector básico de señales electromagnéticas de radiofrecuencia, se usó como método de detección en los primeros telégrafos inalámbricos; consiste básicamente de un tubo de vidrio en el cual se ha colocado limaduras de nickel o hierro entre dos electrodos metálicos, inicialmente esta configuración posee una alta resistencia eléctrica. Uno de los electrodos es conectado a una antena mientras que el otro a una toma de tierra, en serie con los electrodos se conectaban también una bateria y un relé. Cuando la señal oscilante de una chispa del transmisor era recibida, las limaduras tendían a acomodarse de manera tal que disminuía la resistencia del Coherer, la batería suministraba mas corriente haciendo funcionar al relé produciendo un sonido audible.
Un sistema mecánico se encargaba de golpear ligeramente al Coherer agitando las limaduras y elevando su resistencia al valor original, con lo que se interrumpía el circuito y se liberaba el relé. El "porque" las limaduras de hierro se comportan de esa manera cuando son alcanzadas por la onda electromagnética aun está en discusión, la hipótesis mas aceptada explica que se producen micro-soldaduras debído al flujo eléctrico de radiofrecuencia entre las pequeñas áreas de contacto en las limaduras, la reducción de la resistencia eléctrica no es persistente debido a que las uniónes mecánicamente débiles son facilmente rotas por un leve golpe o vibración.
Para realizar esta experiencia se usó el tubo de vidrio de un fusible, limaduras de hierro, dos tornillos metálicos, alambre; para aumentar la sensibilidad y facilitar la visualización se montó un pequeño circuito.
Con cuidado de no dañar el fusible se calentó hasta que se pudo retirar con facilidad los casquetes metálicos de ambos extremos, se limpió y se tapó un extremo con uno de los tornillos, se introdujo un poco de limadura de hierro y se tapó el otro extremo con otro tornillo aplicando cierta presión pero controlando que la resistencia del coherer se mantuviera lo suficientemente alta, se unió a cada tornillo un par de cables uno haría las veces de antena y el otro iría hacia el circuito.
Para hacer el transmisor se utilizó un encendedor de cocina al cual se le desmontó para retirarle todo el sistema de gas, dejando sólo el generador de la chispa eléctrica, que no es mas que un piezoeléctrico que al ser golpeado genera una diferencia de potencial lo suficientemente alta como para hacer saltar una chispa de unos milímetros, se conectó un cable a cada terminal del generador de chispa, quitando un poco del plastico aislante y acercándolos lo suficiente como para permitir que la chispa salte en dicho lugar, el resto del cable se dispuso en forma de antenas.
El sistema así ensamblado resultó ser lo suficientemente sensible como para detectar la chispa a varios metros (10m aprox.)
Otras Referencias:
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